Els Costums de Lleida
A partir del momento en que se inicia la configuración de nuestra institución con la Carta de Poblament (1150) y, posteriormente, con los privilegios de Consolat (1197) y de Paeria (1264), y como consecuencia lógica de aquel proceso, se fue formando y acumulando un derecho consuetudinario propio, así como un volumen importante de ordenaciones, estatutos y bandos municipales, surgidos de una activa vida urbana que era necesario ordenar y poner por escrito, a fin de evitar los frecuentes litigios que se originaban. Esta fue la tarea encomendada al jurista Guillem Botet, en el año 1228, mientras era cónsul de la ciudad, y a raíz de su trabajo surgió la compilación de las Consuetudines Ilerdenses, los Costums de Lleida, el código de carácter municipal más antiguo de Cataluña. Aunque no disponemos del manuscrito original del siglo XIII, conservamos una copia en el Archivo Municipal de Lleida, que se encuentra insertada en el llamado Llibre Verd Petit (reg. 1376), del siglo XIV. El texto de las Consuetudines Ilerdenses ocupa los folios 69r a 92v, y está escrito con grafía gótica libraria, con iniciales y letras capitales en azul y rojo, decoradas con pequeñas filigranas.
Los Costums nos sitúan en los orígenes del régimen municipal y nos muestran un amplio abanico de los problemas a los que debían hacer frente los leridanos de aquel momento para resolver las cuestiones del día a día. Así, se tratan tanto el régimen dotal y la fiscalidad como también los conflictos originados a partir de la venta de alimentos en el mercado, de las medidas de los productos, o de los problemas y las obligaciones urbanísticas, entre otros.
Leemos cómo el propio Guillem Botet justifica la redacción de los Costums:
Incipiunt Consuetudines civitatis Ilerde.
En el nombre del Señor. En el año de la Encarnación del Señor de 1228, en el tiempo en que eran cónsules Guillem Botet, Guillem de Çagraa, Pere d’Ofegat y Guillem Solsona. A petición de mis compañeros en el Consulado y de otros ciudadanos de Lérida, yo, Guillem Botet, me dediqué a recoger y reunir por escrito en esta pequeña obra las diversas y variadas costumbres de la ciudad, con el fin de eliminar toda ocasión de perjudicar a aquellos que, cuando la costumbre les favorecía, afirmaban que tal costumbre existía, pero que, si en un caso similar se usaba en su contra, entonces negaban dicha costumbre. Con ello, el proceso de las causas se retrasaba con la prueba del uso, y los litigantes sufrían importantes gastos. Así pues, queriendo nuestros ciudadanos, varones honrados y sensatos, junto con los cónsules mencionados, contrarrestar esta malicia, me sugirieron con sus ruegos que escribiera esto. Y no he recopilado solo en este opúsculo los documentos, privilegios y donaciones reales, sino que también he añadido los bandos, sanciones, estatutos escritos y no escritos, las costumbres, usos, leyes godas y romanas. Aceptad, pues, venerables conciudadanos, este pequeño trabajo, solicitado desde hace tiempo, de forma que con su lectura seamos más doctos, según aquella máxima: ‘enseña al sabio y se hará más sabio’.
(AML, Llibre Verd Petit, reg. 1376, folio 81r)