Fondo Aserradero Joan Riudor Grífols

copy_of_Foto_Fons_Riudor2.jpgEl fondo de la Serradora Joan Riudor Grífols, ingresa en el Archivo Municipal a principios del año 2020. Éste es un fondo comercial o de empresa, que contiene la documentación producida por el aserradero en el ejercicio de su actividad, desde el momento de su fundación en 1933 hasta su cierre en 1967, siendo un importante testimonio de la acción de una empresa local sobre el territorio que la rodea.

Tradicionalmente, el territorio leridano ha fundamentado su economía en la agricultura y el comercio, ejerciendo como foco económico de todos los municipios que rodean la ciudad. A lo largo de los siglos la industria ha tenido una escasa presencia, por lo que toma relevancia el ingreso de un fondo de estas características en el Archivo de la Ciudad.

La actividad del aserradero de Joan Riudor Grífols se inició en 1933, proveyendo de madera para la construcción de cajas y palés en industrias, mayoritariamente del levante peninsular y sirviendo, también, parte de su producción a las necesidades de clientes locales.

Para poder abastecerse de materia prima, anualmente, los propietarios se trasladaban hasta varias localidades de los Pirineos para asistir a las subastas de madera que se realizaban en poblaciones del Pallars Sobirà y del Alt Urgell, donde adquirían el material necesario para la producción de todo un año. Los troncos adquiridos eran trasladados hasta Lleida en camión, y una vez en la ciudad eran almacenados en unos solares contiguos al aserradero, ubicado donde actualmente está el edificio de la c/ Pallars, n. 15, y los terrenos anexos llegaban hasta donde ahora está la av. Prat de la Riba.

Durante los años de la Guerra Civil su actividad cayó considerablemente. Pero a partir de 1939, el aserradero fue retomando, de manera progresiva, su actividad, centrándose principalmente en la provisión de material necesario para la reconstrucción del dañado país. La madera se convirtió, en ese momento, en un producto de primera demanda para el sector de la construcción; sobre todo para la fabricación de andamios, vigas, tejados, etc.

A finales de los años cincuenta y hasta su cierre en 1968, el aserradero, poco a poco, fue reduciendo su producción por falta de demanda. El cambio de métodos constructivos y la aparición de nuevos materiales hizo que la madera fuera cada vez menos necesaria. Este hecho afectó gravemente al sector que se vio abocado al cierre o reconversión. Las peculiares características de los amplios espacios y locales de estas industrias, hizo que la mayoría de ellas se pasaran al ramo de la automoción y el pupilaje de vehículos, que en aquellos momentos estaba viviendo una importante pujanza.

 

Ficha de Archivo del Fondo de la Serradora Joan Riudor Grífols