Tabla de Cambio y Depósitos

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A finales del siglo XVI, la ciudad de Lleida era un núcleo comercial importante, que necesitaba de todo un sector que reforzara el trabajo de mercaderes y comerciantes. Esta tarea, que tradicionalmente la habían llevado a cabo los judíos, se resintió gravemente después de su expulsión en 1492.

La inexistencia de un sector bancario comportaba que los mercaderes tuvieran que llevar encima el dinero necesario para sus operaciones comerciales, lo que suponía un riesgo considerable en un tiempo en el que el bandolerismo ya había hecho su aparición.

La consolidación de los intercambios comerciales se hacía necesaria también la instauración de una moneda estable y un cambio seguro. En aquellos momentos, existía una moneda catalana, una aragonesa, una valenciana, otra castellana... e, incluso, una moneda propia de Lleida.

Esta situación provocó la constitución de la Taula de Canvi i Dipòsits, una institución financiera municipal que actuaba como banco, y dependía de la Paeria. Fué creada, a instancias de los síndicos de la ciudad, el 29 de noviembre de 1585, gracias a un privilegio del rey Felipe II, con el objetivo de recibir depósitos y, a su vez, financiar proyectos comerciales.

Desde ese momento, se autorizaba a paers y prohombres a fundar una verdadera banca, que garantizase el cambio de moneda y reforzara el sector comercial. Un servicio similar al que ya existía en ciudades como Barcelona, Perpiñán y Gerona.

La Taula de Canvi i Dipòsits con los años generó tres series documentales:

  • Los Libros Mayores de la Taula de Canvi, donde se registraban, distribuidos en cuentas, los hechos recogidos en los manuales.
  • Los Manuales, en los que se asentaban, por orden cronológico, todos los hechos contables que se efectuaban en la tabla.
  • Los Libros de “Va y vé”, libro de registro de entradas y salidas de dinero, que eran responsabilidad del cajero.

En total son 112 volúmenes que abarcan desde el año 1589 hasta el 1775.