Los bandos

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Los bandos, edictos publicados por orden de la autoridad, son una excelente fuente primaria que nos permite indagar, descubrir e imaginar el ambiente, las costumbres, las normas de convivencia ciudadana imperantes en un momento histórico concreto. Y, a la vez, también nos ayudan a descubrir qué aspectos del orden público han tenido que regularse debido a su incumplimiento o alteración.

A menudo la información que se desprende de este tipo de fuentes es de carácter normativo y debe interpretarse como un indicador de lo que podían ser los comportamientos habituales y las actividades cotidianas de la sociedad a la que se dirigían.

El Archivo conserva bandos desde 1557 que, hasta el año 1765, se encuentran ligados a libros. En tiempos en que la imprenta todavía no se había instaurado, los bandos y los edictos eran manuscritos. Cuando el uso de esta se generalizó, se imprimía una tirada de determinado número de ejemplares, que eran colgados en lugares donde los ciudadanos los pudieran leer. Cabe destacar que de los más de mil documentos conservados, tan solo seis fueron escritos en catalán.

La finalidad de los bandos era dar a conocer las disposiciones de las autoridades, porque solo así podían exigir su cumplimiento. Por eso se colgaban en lugares visibles y accesibles, como en el conocido “Pilar del General”, columna de una de las arcadas de los Porxos de Dalt, que mira a la plaza Sant Joan. Desde 1866, uno de los bandos conservado en el Archivo ordena que estos deben colgarse también en el patio del Palacio de la Paeria.

El Archivo Municipal conserva una interesante colección de bandos de diversas temáticas como urbanismo, fiestas, matrimonio civil, sanidad, higiene, etc.